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D.L. J-309-2005 ISSN 1699-6151 |
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Zurito*
(A mi amigo Juan Ramón de la Taberna El Zurito)
Sus manos están llenas de dulcineas cenizas grises
en un estante de símbolos pasados por el tiempo
con la sonrisa asomada a una ventana de hierro
y el humo expeliendo aromas a un mar tranquilo.
Comenta las experiencias del decurso de la vida
entre el rumor de fondo de violines desafinados
y se esmera en una parrilla de tono rojo corindón
por sacar la esencia a la vianda, al anís y al hinojo.
Huele a posos de vino y a curtido de zumaque,
a roble vetusto y olvidado y a puro seco habano
como en un chiringo bañado por aguas caribeñas,
como en un museo de muro negro y desconchado.
Habla Juan Ramón de fútbol, de cerveza, de lluvia,
de amor, de pasión, de ansiedad y hasta de miedo
y de ese jilguero que lanzaba su ecoico quejido
desde lo más elevado del árbol del cántico eterno.
Su verbo es ágil y las atenciones se concentran
en sus manos, su perfil y el mesado del cabello.
Cuando imparte el dogma de su singular ciencia
el reloj se para, como al narrar un emotivo cuento.
Se respira vida en esta sobria y antañona taberna ,
podría ser la paz que supera el corazón afligido
de una columba errante que volare en la noche
buscando el arrullo del indómito palomo zurito.
*Juan Carlos García-Ojeda Lombardo.
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