Claustro Poético

Boletín virtual de poesía, edición trimestral. Nº 40. Primavera-2015

Asociación Cultural Claustro Poético

 

  Director: Juan Carlos García-Ojeda Lombardo

  Coordinadores: Fernando R. Ortega Vallejo y Juan Antonio López Cordero

D.L. J-309-2005

ISSN 1699-6151

CONSEJO DE REDACCIÓN

Poemas

Compañía nocturna de tu cuerpo

Verde

Zurito

Hoy, más que nunca

Licor, frambuesa y pipermint

Cruza las nubes valiente

Las campanas de la muerte

A ti, mujer

Me asomé a la puerta

Me quedé embarazada

Bajo las sombras del asombro

Cuanto más se ama, más se sufre

La historia de su amor por nosotros

Los nudos de la existencia

Me alimento de los recuerdos, pero me sacio de Dios

Nuestra existencia no existe sin amor

Oración de un caminante


Colaboraciones

Aforismos

Huerto


Noticias

Premios de poesía abril-junio 2015


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Huerto*


 

Cuando cae la tarde le veo sentado, allí, en el poyo de la casa de huerto. Está solo, con sus pensamientos, mientras esa luz vespertina que declina parece absorber el entorno. Creo que se está bañando en un ensueño de brisa, música natural y canto de pájaros que afanosos buscan en la higuera la mejor rama donde pernoctar. Le veo y pienso que el bueno y sencillo Pedro respira vida plena, que no envidia a nadie porque es feliz.

 

  "Del monte en la ladera

por mi mano plantado tengo un huerto,

que con la primavera

de bella flor cubierto,

ya muestra en esperanza el fruto cierto.

 

  Y como codiciosa

de ver y acrecentar su hermosura,

desde la cumbre airosa

una fontana pura

hasta llegar corriendo se apresura.

 

  Y luego sosegada

el paso entre los árboles torciendo,

el suelo de pasada

de verdura vistiendo,

y con diversas flores va esparciendo.

 

  El aire el huerto orea,

y ofrece mil olores al sentido,

los árboles menea

con un manso ruido,

que del oro y del cetro pone olvido". 

               Vida retirada. Fray Luis de León.

 

Huerto. Pedro da Cruz

 

Algo tiene Pedro, que muchos quisieran. Quizás sea ese tiempo suyo para el que no sirve el reloj, o las ninfas del misterioso huerto que danzan entre las ramas. Lo que fuere es algo que, según los Evangelios, Jesús buscó cuando se retiró a la soledad del huerto (Getsemaní), o lo que vio el emperador Diocleciano cuando dejó su imperio para encontrar en el huerto lo que el poder no le daba.

 

"Paraíso local, creación postrera,

si breve de mi casa;

sitiado abril, tapiada primavera,

donde mi vida pasa

calmándole la sed cuando le abrasa.

 

Yo, dios y Adán, que lo cultivo y riego

por mi mano y conducto

de frescor artesiano, su sosiego

recojo, su producto,

sus dádivas de miel en usufructo".

        Huerto mío. Miguel Hernández.

 

Creo que Pedro y su huerto forman un único ser, que no puede vivir sin separarse. Ambos se encontraron hace tiempo, se comunican sin necesitar hablarse. Su mutua presencia les da la vida. Como cada día, se despiden cuando casi se pierde la luz en el ocaso, de un Sol que ocultan las montañas. Entonces, Pedro se levanta, toma su vara de almendro por cayado, cierra el portón del viejo huerto y, sin prisa, vuelve al hogar donde le esperan. Sin él queda el huerto desconsolado, temiendo que mañana no vuelva el hortelano.

 

…"Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros

cantando;

y se quedará mi huerto, con su verde árbol,

y con su pozo blanco.

 

Todas la tardes, el cielo será azul y plácido;

y tocarán, como esta tarde están tocando,

las campanas del campanario.

 

Se morirán aquellos que me amaron;

y el pueblo se hará nuevo cada año;

y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado.

mi espíritu errará, nostálgico…

 

Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol

verde, sin pozo blanco,

sin cielo azul y plácido…

Y se quedarán los pájaros cantando".

         El viaje definitivo. Juan Ramón Jiménez.

 

                                                     *Juan A. López Cordero.

 

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