Claustro Poético Boletín virtual de poesía, edición trimestral. Nº 29. Verano-2012 Asociación Cultural Claustro Poético
Director: Juan Carlos García-Ojeda Lombardo Coordinadores: Fernando R. Ortega Vallejo y Juan Antonio López Cordero |
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Análisis métrico de un poema cervantino de José Moreno Villa*
De José Moreno Villa: “El nieto de don Quijote” del libro de Luis García Montero La poesía, señor hidalgo…Antología de poemas cervantinos, pp. 113-115 EL NIETO DE DON QUIJOTE Noche de estío. El hombre de la razón tullida que con hazañas quiso damasquinar su vida, acecha con su nieto la serranía bruna y los senderos, blancos al beso de la luna.
Acechan el hallazgo de la eterna aventura, menos hija del mundo que de la calentura.
¡Él habla solo, solo! El aire entumecido se aquieta. El grillo amaina su maquinal chirrido…
Los labios del zagal beben una congoja… Pasa un dardo su pecho, blanco como una hoja.
¿Qué maleficio vaga por el contorno austero? Fuera del mundo sigue tejiendo el Caballero la ensarta discordante de sus maquinaciones, y un terror milenario evoca las ficciones y los delirios rojos de un cerebro sin fiel, dentro del alma moza y en la flor de su piel.
Porque, hermanos, el miedo, según sea la ocasión, es ora una condena, ora una bendición, y en este caso tiene el ímpetu triunfal y la armonía dulce del ave matinal.
Hay una pausa; lejos quedó la noche aquella del terror. Pero tiene el brillo de una estrella.
Hoy van las dos figuras cogidas de la mano, subiendo la roqueda, atravesando el llano, sin plan, sin norte, a ciegas. Pasan por un lugar; la gente –gente extraña- acude a saludar con palmas y con flores al noble caballero. Para el zagal rebuscan un adjetivo huero.
Pues… nadie sabe de él, no llegan sus acciones, como las del abuelo, a todos los rincones.
¡Oh flor de la conciencia, que brotas reciamente si chocan nuestra alma y el juicio de la gente!
Hermanos, ya lo veis, no es un medroso, no, quien contra la corriente sus brazos extendió…
Segunda vez irrumpe su marcha triunfal donde gorjea libre la alondra matinal…
El nieto del Quijote desertó de su vera. Pretende desligarse de la eterna quimera que alimentó las almas del padre y del abuelo.
Quiere labrar su tierra más que escalar el cielo, porque el cielo se escala con base firme y dura, no con el andamiaje de nuestra calentura…
Ya conocéis su lema, va como peregrino divulgándolo en pueblos y al borde del camino:
“Yo quiero ser su nieto, pero existir por mí, que el mundo me respete por lo que yo le di.
Mis obras –no mi pura y loca fantasía- son las que pondrán precio a la existencia mía.
Y no han de ser mis armas las armas del abuelo; más que a la lanza pongo manos al escalpelo…
¡Euritmia, euritmia, euritmia! Euritmia y antes calma, para que surja recta la flor de nuestra alma”.
1) Noche de estío. El hombre de la razón tullida Nó-che-dees-ti-oel-hóm-bre / de-la-ra-zón-tu-llí-da (1, 4, 6, mixto; 4, 6, yámbico) 2) que con hazañas quiso damasquinar su vida, que-con-ha-zá-ñas-quí-so / da-mas-qui-nár-su-ví-da (4, 6, yámbico; 4, 6, yámbico) 3) acecha con su nieto la serranía bruna a-cé-cha-con-su-nié-to / la-se-rra-ní-a-brú-na (2, 6, yámbico; 4, 6, yámbico) 4) y los senderos, blancos al beso de la luna. y-los-sen-dé-ros-blán-cos / al- bé-so-de-la-lú-na (4, 6, yámbico; 2, 6, yámbico) 5) Acechan el hallazgo de la eterna aventura, A-cé-chan-el-ha-lláz-go / de-lae-tér-naa-ven-tú-ra (2, 6, yámbico; 3, 6, anapéstico) 6) menos hija del mundo que de la calentura. me-nos-hí-ja-del-mún-do / que-de-la-ca-len-tú-ra (3, 6, anapéstico; 6, yámbico) 7) ¡Él habla solo, solo! El aire entumecido Él-há-bla-só-lo-só-lo / el-aí-reen-tu-me-cí-do (1, 2, 4, 6, yámbico o mixto ; 2, 6, yámbico) 8) se aquieta. El grillo amaina su maquinal chirrido sea-quié-tael-grí-lloa-maí-na / su-ma-qui-nál-chi-rrí-do (2, 4, 6, yámbico; 4, 6, yámbico) 9) Los labios del zagal beben una congoja Los-lá-bios-del-za-gál / bé-ben-ú-na-con-gó-ja (2, 6, yámbico; 1, 3, 6, anapéstico o mixto) 10) Pasa un dardo su pecho, blanco como una hoja. Pá-saun-dár-do-su-pé-cho / blán-co-co-moú-na-hó-ja (1, 3, 6, anapéstico o mixto; 1, 4, 6, mixto) 11) ¿Qué maleficio vaga por el contorno austero? Qué-ma-le-fí-cio-vá-ga /por-el-con-tór-noaus-té-ro (1, 4, 6, mixto; 4, 6, yámbico) 12) Fuera del mundo sigue tejiendo el Caballero Fue-ra-del-mún-do-sí-gue / te-jién-doel-ca-ba-llé-ro (1, 4, 6, mixto; 2, 6, yámbico) 13) la ensarta discordante de sus maquinaciones, laen-sár-ta-dis-cor-dán-te / de-sus-ma-qui-na-ció-nes (2, 6, yámbico; 6, yámbico) 14) y un terror milenario evoca las ficciones yun-te-rrór-mi-le-ná-rio / e-vó-ca-las-fic-ció-nes (3, 6, anapéstico; 2, 6, yámbico) 15) y los delirios rojos de un cerebro sin fiel, y-los-de-lí-rios-ró-jos / de-un-ce-ré-bro-sin-fiél (4, 6, yámbico; 3, 6, anapéstico) 16) dentro del alma moza y en la flor de su piel. Dén-tro-del-ál-ma-mó-za / yen-la-flór-de-su-piél 17) Porque, hermanos, el miedo, según sea la ocasión, Por-queher-má-nos-el-mié-do / se-gún-séa-lao-ca-sión (3, 6, anapéstico; 2, 3, 6, anapéstico o yámbico) 18) es ora una condena, ora una bendición, és-o-raú-na-con-dé-na / o-raú-na-ben-di-ción 1, 3, 6, mixto o anapéstico; 2, 6, yámbico) 19) y en este caso tiene el ímpetu triunfal yen-és-te-cá-so-tié-ne / el-ím-pe-tu-triun-fál (2, 4, 6, yámbico; 2, 6, yámbico) 20) y la armonía dulce del ave matinal. y-laar-mo-ní-a-dúl-ce / del-á-ve-ma-ti-nál (4, 6, yámbico; 2, 6, yámbico) 21) Hay una pausa; lejos quedó la noche aquella Háy-ú-na-páu-sa-lé-jos / que-dó-la-nó-chea-qué-lla (1, 2, 4, 6, mixto o yámbico; 2, 4, 6, yámbico) 22) del terror. Pero tiene el brillo de una estrella. Del-te-rrór-pe-ro-tié-ne / el-brí-llo-deú-naes-tré-lla (3, 6 anapéstico; 2, 4, 6, yámbico) 23) Hoy van las dos figuras cogidas de la mano, Hóy-ván-las-dós-fi-gú-ras / co-gí-das-de-la-má-no (1, 2, 4, 6, mixto o yámbico; 2, 6, yámbico) 24) subiendo la roqueda, atravesando el llano, su-bién-do-la-ro-qué-da / a-tra-ve-sán-doel-llá-no (2, 6, yámbico; 4, 6, yámbico) 25) sin plan, sin norte, a ciegas. Pasan por un lugar; sin-plán-sin-nór-tea-cié-gas / pá-san-por-un-lu-gár (2, 4, 6, yámbico; 1, 6, mixto) 26) la gente –gente extraña- acude a saludar la-gén-te-gén-teex-trá-ña / a-cú-dea-sa-lu-dár (2, 4, 6, yámbico; 2, 6, yámbico) 27) con palmas y con flores al noble caballero. Con-pál-mas-y-con-fló-res / al-nó-ble-ca-ba-llé-ro (2, 6, yámbico; 2, 6, yámbico) 28) Para el zagal rebuscan un adjetivo huero. Pa-rael-za-gál-re-bús-can / un-ad-je-tí-vo-hué-ro (4, 6, yámbico; 4, 6, yámbico) 29) Pues… nadie sabe de él, no llegan sus acciones, Pues-ná-die-sá-be-deél / no-llé-gan-sus-ac-ció-nes (2, 4, 6, yámbico; 2, 6, yámbico) 30) como las del abuelo, a todos los rincones. co-mo-las-del-a-bué-lo / a-tó-dos-los-rin-có-nes (6, yámbico; 2, 6, yámbico) 31) ¡Oh flor de la conciencia, que brotas reciamente Óh-flór-de-la-con-cién-cia / que-bró-tas-ré-cia-mén-te (1, 2, 6, mixto o yámbico; 2, 4, 6, yámbico) 32) si chocan nuestra alma y el juicio de la gente! si-chó-can-nués-tra-ál-ma / yel-juí-cio-de-la-gén-te (2, 4, 6, yámbico; 2, 6, yámbico) 33) Hermanos, ya lo veis, no es un medroso, no, Her-má-nos-yá-lo-véis / noés-un-me-dró-so-nó (2, 4, 6, yámbico; 1, 4, 6, mixto) 34) quien contra la corriente sus brazos extendió… quien-con-tra-la-co-rríen-te / sus-brá-zos-ex-ten-dio (6, yámbico; 2, 6, yámbico) 35) Segunda vez irrumpe su marcha triunfal Se-gún-da-véz-i-rrúm-pe / su-már-cha-tri-un-fál (2, 4, 6, yámbico; 2, 6, yámbico) 36) donde gorjea libre la alondra matinal… don-de-gor-jé-a-lí-bre / laa-lón-dra-ma-ti-nál (4, 6, yámbico; 2, 6, yámbico) 37) El nieto del Quijote desertó de su vera. El-nié-to-del-Qui-jó-te / de-ser-tó-de-su-vé-ra (2, 6, yámbico; 3, 6, anapéstico) 38) Pretende desligarse de la eterna quimera Pre-tén-de-des-li-gár-se /de-lae-tér-na-qui-mé-ra (2, 6, yámbico; 3, 6, anapéstico) 39) que alimentó las almas del padre y del abuelo. Quea-li-men-tó-las-ál-mas / del-pá-drey-del-a-bué-lo (4, 6, yámbico; 2, 6, yámbico) 40) Quiere labrar su tierra más que escalar el cielo, Quié-re-la-brár-su-tié-rra / más-quees-ca-lár-el-cié-lo (1, 4, 6, mixto; 1, 4, 6, mixto) 41) porque el cielo se escala con base firme y dura, por-queel-cié-lo-sees-cá-la / con-bá-se-fír-mey-dú-ra (3, 6, anapéstico; 2, 4, 6, yámbico) 42) no con el andamiaje de nuestra calentura… nó-con-el-an-da-miá-je / de-nués-tra-ca-len-tú-ra (1, 6, mixto; 2, 6, yámbico) 43) Ya conocéis su lema, va como peregrino Yá-co-no-céis-su-lé-ma / vá-co-mo-pe-re-grí-no (1, 4, 6, mixto; 1, 6, mixto) 44) divulgándolo en pueblos y al borde del camino: di-vul-gán-do-loen-pué-blos / yal-bór-de-del-ca-mí-no (3, 6, anapéstico; 2, 6, yámbico) 45) “Yo quiero ser su nieto, pero existir por mí, Yo-quié-ro-sér-su-nié-to / pe-roe-xis-tír-por-mí (2, 4, 6, yámbico; 4, 6, yámbico) 46) que el mundo me respete por lo que yo le di. Queel-mún-do-me-res-pé-te / por-lo-que-yó-le-dí (2, 6, yámbico; 4, 6, yámbico) 47) Mis obras –no mi pura y loca fantasía- Mis-ó-bras-no-mi-pú-ra / y- ló-ca-fan-ta-sí-a (2, 6, yámbico; 2, 6, yámbico) 48) son las que pondrán precio a la existencia mía. Són-las-que-pon-drán-pré-cio / a-lae-xis-tén-cia-mí-a ( 1, 5, 6, mixto; 4, 6, yámbico) 49) Y no han de ser mis armas las armas del abuelo; Y-nohán-de-sér-mis-ár-mas / las-ár-mas-del-a-bué-lo (2, 4, 6, yámbico; 2, 6, yámbico) 50) más que a la lanza pongo manos al escalpelo… más-quea-la-lán-za-pón-go / má-nos-al-es-cal-pé-lo (1, 4, 6, mixto; 1, 6 mixto) 51) ¡Euritmia, euritmia, euritmia! Euritmia y antes calma, Eu-rít-miaeu-rít-miaeu-rít-mia / eu-rít-miay-án-tes-cál-ma (2, 4, 6, yámbico; 2, 4, 6, yámbico) 52) para que surja recta la flor de nuestra alma”. pa-ra-que-súr-ja-réc-ta / la-flór-de-nués-tra-ál-ma (4, 6, yámbico; 2, 4, 6, yámbico)
Los versos de Moreno Villa son alejandrinos compuestos de dos hemistiquios heptasílabos y constituyen un ejemplo de versificación regular silábica. La pausa entre hemistiquios impide la sinalefa (versos 7, 14, 16, 18, 19, 22, 24, 26, 30, 32, 47, 48, 51) y hace equivalentes a llanas las terminaciones agudas (versos 9, 29, 33). A parte de los casos comentados en que la pausa entre hemistiquios impide la sinalefa, hay otros ejemplos de hiato (verso 10: ú-na-hó-ja; verso 28: ad-je-tí-vo-hué-ro; verso 32: nués-tra-ál-ma; verso 52: nués-tra-ál-ma). Para la calificación rítmica se han seguido los tipos rítmicos de heptasílabo definidos en la obra de José Domínguez Caparrós Métrica española (146) [yámbico (acento en sílabas pares), anapéstico (acento en 3ª y 6ª ) y mixto (acentos en 1ª, 4ª y 6ª)], y hay que notar cómo el ritmo acentual no es uniforme (binario o ternario), sino que en un mismo verso se mezclan hemistiquios con ritmos diferentes, o en un hemistiquio no se define claramente un ritmo binario o ternario (los calificados de mixto). Ejemplos de acento antirrítmico, en posiciones inmediatas a la de un acento rítmico, se encuentra en el siguiente verso: 48 (sílaba 5). Por lo demás, si consideramos el alejandrino como dos heptasílabos, su comportamiento rítmico en cuanto al acento es el normal en los versos de arte menos; como verso largo, la regularidad del acento en la sexta sílaba de cada grupo de siete es suficiente para marcar el ritmo acentual. Ya se ha comentado el efecto de la pausa (versal y entre hemistiquios) en el cómputo silábico. Hay encabalgamientos: medial (entre hemistiquios de versos compuestos), sirremático: bien de “sustantivo + complemento determinativo”, bien de “sustantivo + adjetivo” en verso 1: el hombre / de la razón, en verso 5: el hallazgo / de la eterna, en verso 10: su pecho / blanco, verso 13: la ensarta discordante / de sus maquinaciones, verso 15: los delirios rojos / de un cerebro, verso 20: la armonía dulce / del ave, verso 36: libre / la alondra, verso 39: las almas / del padre, verso 42: el andamiaje / de nuestra calentura, verso 47: no mi pura / y loca fantasía, verso 52: recta / la flor. Hay encabalgamiento versal (entre versos), oracional (oración especificativa) en versos 1-2: El hombre de la razón tullida / que con hazañas quiso damasquinar su vida, también el mismo caso en versos 38-39: Pretende desligarse de la eterna quimera / que alimentó las almas del padre y del abuelo. También versal (entre versos) y sirremático de “sustantivo + complemento determinativo” en versos 21-22: la noche aquella / del terror. Asimismo estos encabalgamientos mediales y versales que hemos mencionado pueden ser abrupto cuando la fluidez del verso encabalgante se detiene antes de la quinta sílaba del encabalgado, esto es, se hace pausa antes de esa sílaba, o bien pueden ser suave cuando el verso encabalgante continúa fluyendo sobre el encabalgado hasta las sílabas quinta o sexta o hasta el final del verso, suponiendo que, por motivos sintácticos, esté tan perfectamente encadenado que no podamos detenernos antes. La rima es consonante, y junto a la mayoría de los versos llanos se encuentra la rima aguda de los versos 15, 16, 17, 18, 19, 20, 25, 26, 33, 34, 35, 36, 45, 46, que, además, por ir precedida en su caso por i semiconsonante formando diptongo, constituye una rima consonante imperfecta: versos 33, 34 (no, extendió) (Métrica española, 113) El esquema de disposición de la rima es AA BB CC DD EE FFGGHH IIJJ KK LLMMNN ÑÑ OO PP QQ RRS STT UU VV WW SS XX. Se trata de pareados que forman por unidades temáticas bien expresadas a través de pareados, tercetos y sextetos. VOCABULARIO: -tullida: tullido, da. (Del part. de tullir). 1. adj. Que ha perdido el movimiento del cuerpo o de alguno de sus miembros. U. t. c. s.
-damasquinar: damasquinar. 1. tr. Hacer labores de ataujía en armas y otros objetos de hierro y acero.
-bruna: bruno2, na. (Del fr. brun, moreno, y este del franco *brûn; cf. ingl. brown y al. braun). 1. adj. De color negro u oscuro.
-congoja: congoja. (Del cat. congoixa). 1. f. Desmayo, fatiga, angustia y aflicción del ánimo.
-roqueda: roqueda. 1. f. Lugar abundante en rocas.
-huero: huero1, ra. (Del dialect. gorar, empollar, incubar). 1. adj. Vano, vacío y sin sustancia.
-escalpelo: escalpelo. (Del lat. scalpellum). 1. m. Med. Instrumento en forma de cuchillo pequeño, de hoja fina, puntiaguda, de uno o dos cortes, que se usa en las disecciones anatómicas, autopsias y vivisecciones.
-euritmia: euritmia. (Del lat. eurythmĭa, y este del gr. εὐρυθμία, ritmo armonioso). 1. f. Buena disposición y correspondencia de las diversas partes de una obra de arte. 2. f. Regularidad del pulso.
*Encarnación Sánchez Arenas.
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