Claustro Poético

Boletín virtual de poesía, edición trimestral. Nº 58. Otoño-2019

Asociación Cultural Claustro Poético

 

  Director: Juan Carlos García-Ojeda Lombardo

  Coordinador: Juan Antonio López Cordero

D.L. J-309-2005

ISSN 1699-6151

CONSEJO DE REDACCIÓN

Poemas

Poemas de recuerdos

Se va acabando

A pocas yardas

8 de Julio de 2019

Reflexión íntima

El río Leteo o el eterno olvido

La isla de Saint-Louis

Soneto XIII (Ballesteros de la Tarde)

Soneto XIV (Ballesteros de la Tarde)

Las hojas se caen o se sueltan (video-poema)

Homenaje a Camilo Sexto. Inmemoriam. Amor Platónico (video-poema)

Las palabras del viento

La santidad de un vivir

La voz del alma

Mi oración al Señor Jesús

Ponerse en camino cada día

Propósito para tranquilizar la conciencia

Somos una propia historia de amor


Colaboraciones

La ciudad olvidada

Los amores de Federico García Lorca

Realidades que nos entusiasman


Noticias

Certámenes de poesía octubre-diciembre-2019


Colaboran en este número


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  Los amores de Federico García Lorca*


      

No hay que confundir nunca el conocimiento con la sabiduría. El primero nos sirve para ganarnos la vida; la sabiduría nos ayuda a vivir. Sorcha Carey

 

LOS AMORES DE FEDERICO GARCÍA LORCA (fuente Vaqueros, Granada, 5 de junio de 1898-camino de –Vínar a Alfacar, Granada, 18 de agosto de 1936)

Fue poeta, dramaturgo y prosista español, conocido por su destreza en muchas otras artes. Adscrito a la generación del 27. Murió fusilado por las autoridades franquistas un mes después del golpe de Estado en todo el apogeo de su creación literaria y en plena juventud.

Nació en el seno de una familia acomodada y fue su madre quien le inculcó el gusto por la literatura, así como por la música; de este modo, en su adolescencia, se interesó más por la música que por la literatura. Estudió piano con Antonio Segura Mesa y entre sus amigos de la universidad lo conocían más como músico que por escritor novel.

En la primavera de 1919, varios de sus amigos de “El Rinconcillo” se trasladaron a Madrid, y Lorca siguió sus estudios en la Residencia de Estudiantes, uniéndose a ellos.

Los cuatro hombres de Lorca. La desconocida vida amorosa de Lorca se esconce como si fuese uno de los trágicos dramas que escribió.

-Salvador Dalí. Un amor que no pudo ser debido a que Dalí no aceptaba su homosexualidad por el influjo de un padre autoritario. Tuvieron una gran historia de amor, pero nunca llegó a consumarse.

-Emilio Aladrén. Fue la gran pasión del poeta. Este escultor ocho años más joven que Lorca era extremadamente guapo y el escritor se enamoró perdidamente de él. Una joven inglesa llamada Elanor Dove, llegó a Madrid como representante de la empresa de cosmética Elizabeth Arden, fue la causa de la ruptura de la relación entre el poeta y el escultor. Se va Lorca a Nueva York a desarrollar su poesía surrealista y a olvidar al escultor y desde allí escribe a un amigo: “Ahora me doy cuenta de qué es eso del fuego del amor del que hablan los poetas eróticos y me doy cuenta, cuando tengo necesariamente que cortarlo de mi vida para no sucumbir”.

 

-Eduardo Rodríguez Valdivieso. De granada. Trece años más joven que el poeta. Se conocieron en un baile de disfraces y Eduardo quedó prendado de Lorca. Su relación con Federico lo dejó marcado para siempre y fue una de las experiencias más importantes de su vida.

- Rafael Rodriguez Rapún. Rafael era estudiante de ingeniería, de constitución atlética, buen futbolista. No era homosexual, le gustaban las mujeres a rabiar, pero acabó sucumbiendo a los encantos de Lorca. Quedó inmerso en Federico, quería escapar y no podía… su idilio fue tremendo. Rafael nunca dejó de querer al poeta. Rapún quedó muy acongojado al conocer la noticia de la muerte de Lorca, y se marchó a morir al frente del Norte, donde encontró la parca, el 18 de agosto de 1937, justo un año después que García Lorca.

 

Cuando fuiste novio mío, 
por la primavera blanca, 
los cascos de tu caballo 
cuatro sollozos de plata. 
La luna es un pozo chico, 
las flores no valen nada, 
lo que valen son tus brazos 
cuando de noche me abrazan. (García Lorca)

 

Desnuda soy, desnuda digo: soñadora.

*Mª Loreto Sutil Jiménez.

 

 

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