Claustro Poético

Boletín virtual de poesía, edición trimestral. Nº 58. Otoño-2019

Asociación Cultural Claustro Poético

 

  Director: Juan Carlos García-Ojeda Lombardo

  Coordinador: Juan Antonio López Cordero

D.L. J-309-2005

ISSN 1699-6151

CONSEJO DE REDACCIÓN

Poemas

Poemas de recuerdos

Se va acabando

A pocas yardas

8 de Julio de 2019

Reflexión íntima

El río Leteo o el eterno olvido

La isla de Saint-Louis

Soneto XIII (Ballesteros de la Tarde)

Soneto XIV (Ballesteros de la Tarde)

Las hojas se caen o se sueltan (video-poema)

Homenaje a Camilo Sexto. Inmemoriam. Amor Platónico (video-poema)

Las palabras del viento

La santidad de un vivir

La voz del alma

Mi oración al Señor Jesús

Ponerse en camino cada día

Propósito para tranquilizar la conciencia

Somos una propia historia de amor


Colaboraciones

La ciudad olvidada

Los amores de Federico García Lorca

Realidades que nos entusiasman


Noticias

Certámenes de poesía octubre-diciembre-2019


Colaboran en este número


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  La ciudad olvidada*


 

La citan los antiguos historiadores, ciudad importante del alto valle del río Guadalquivir, poblada de celtíberos altivos y rebeldes. Amiga de Roma, otras veces de Cartago, pero siempre independiente. Cruentas batallas hubo ante sus muros, fue saqueada, incendiada y de nuevo levantada de la más profunda derrota.  Siempre fue centro de su entorno, Iliturgi, la capital del alto Guadalquivir, a la que ni Cástulo con sus grandes riquezas mineras pudo hacer sombra.

Lo cuenta Tito Livio en la Segunda Guerra Púnica. Sus fuertes murallas, su alto castillo, sus acantilados, la desesperación de Escipión el Africano ante la fuerte resistencia, la valentía de los iliturgitanos, la colaboración de las mujeres en la defensa de la ciudad, traiciones y crueldad... Y, años después, centro de otra nueva rebelión bañada en sangre.

 

“Dame, llama invisible, espada fría,

tu persistente cólera,

para acabar con todo,

oh mundo seco,

oh mundo desangrado,

para acabar con todo.

Arde en el vasto cielo, laja y nube,

bajo la ciega luz que se desploma

entre estériles peñas.

Arde en la soledad que nos deshace,

tierra de piedra ardiente,

de raíces heladas y sedientas.

Arde, furor oculto,

ceniza que enloquece,

arde invisible, arde

como el mar impotente engendra nubes,

olas como el rencor y espumas pétreas.

Para acabar con todo,

oh mundo seco,

para acabar con todo.”

 

                      Acabar con todo, Octavio Paz.

 

Cuánto dolor, cuánto sufrimiento se amontona en el recuerdo de esta sufrida ciudad que hoy continúa siendo la capital del alto Guadalquivir, que ahora llaman provincia de Jaén o Santo Reino. Iliturgi, Jaén, giennense, quizás no haya cambiado tanto el sonido de su nombre, tras dos milenios de cambios culturales. Pero ahí sigue, abanderando una tierra de batalla y sufrimiento.

 

Vista aérea del castillo de Jaén

 

De Iliturgi y su historia, muchas veces se quisieron apoderar los poderes fácticos, ubicarla en otros lugares y regodearse de su grandeza. Así lo hizo el poder de la Iglesia en el siglo XVI, a través de Ambrosio de Morales que llevó Iliturgi a Andújar justificándolo en falsos cronicones. Y así lo ha hecho en nuestros tiempos el poder endogámico de la Universidad en nombre de hallazgos genéricos y alguna falsa epigrafía, que ha ubicado Iliturgi en el término de Mengíbar. Poderes incontestables en sus tiempos y sus áreas, en un país cruelmente ataifado, arrastrado a un mundo feudal de señores y vasallos, en el que se exige pleitesía a una especie de casta elegida, que mueve las fichas del juego de la vida.

 

“Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada

reina, torre directa y peón ladino

sobre lo negro y blanco del camino

buscan y libran su batalla armada.

 

No saben que la mano señalada

del jugador gobierna su destino,

no saben que un rigor adamantino

sujeta su albedrío y su jornada.

 

También el jugador es prisionero

(la sentencia es de Omar) de otro tablero

de negras noches y de blancos días.

 

Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.

¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza

de polvo y tiempo y sueño y agonías?”

 

          Ajedrez. José Luis Borges.

 

Jaén, Iliturgi, ciudad olvidada, maltratada por la Historia. Sobre ella, dejaron en olvido los escritos de los historiadores clásicos, recuperados por los humanistas del siglo XVI, como Juan Vaseo o Francisco Martínez Franco, a los que el poder eclesiástico impuso el silencio por entonces. Como en el olvido probablemente quedarán los escritos de quienes en nuestros tiempos discrepan del dogma del poder endogámico universitario. No obstante, siempre queda el consuelo del axioma galileano, “e pur si muove” (y sin embargo, se mueve).

 

          *Juan Antonio López Cordero.

 

 

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