Claustro Poético

Boletín virtual de poesía, edición trimestral. Nº 58. Otoño-2019

Asociación Cultural Claustro Poético

 

  Director: Juan Carlos García-Ojeda Lombardo

  Coordinador: Juan Antonio López Cordero

D.L. J-309-2005

ISSN 1699-6151

CONSEJO DE REDACCIÓN

Poemas

Poemas de recuerdos

Se va acabando

A pocas yardas

8 de Julio de 2019

Reflexión íntima

El río Leteo o el eterno olvido

La isla de Saint-Louis

Soneto XIII (Ballesteros de la Tarde)

Soneto XIV (Ballesteros de la Tarde)

Las hojas se caen o se sueltan (video-poema)

Homenaje a Camilo Sexto. Inmemoriam. Amor Platónico (video-poema)

Las palabras del viento

La santidad de un vivir

La voz del alma

Mi oración al Señor Jesús

Ponerse en camino cada día

Propósito para tranquilizar la conciencia

Somos una propia historia de amor


Colaboraciones

La ciudad olvidada

Los amores de Federico García Lorca

Realidades que nos entusiasman


Noticias

Certámenes de poesía octubre-diciembre-2019


Colaboran en este número


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  Reflexión íntima*


 

Siempre he sabido que me gustaría,

no arrancar ninguna flor más del jardín

y dejar a la abeja libar un torrente

de néctares vitales, dulcemente

incoloros y con seguridad renacidos,

tras la tormenta que hace exhalar

una pizca de luz y sentido de armonía

en  compromisos sinalagmáticos sinfín

mal zurcidos en la aventura de la vida.

 

Siempre quise ordenarme tras la voz

no estimulada, de quien le tocó penar,

del que no aseaba las normas impías,

de quien saltaba al vacío, sin mirar,

de todos aquellos que blandieron

una enorme bandera pulcra y blanca

y pidieron un armisticio sin trabas

solo para recoger algunos cadáveres,

dejando el asfalto otra vez sin mancha.

 

Siempre me alié con los que sudaban

en el estrado de las impersonales salas,

y extendí mi mano hasta donde pude,

para mitigar el dolor punzante de sus almas,

pero que nadie me agradezca el suspiro,

lo hice por sentirme digno en la vileza

y por melificar las heridas que maltrataban

y secar ese puñado de asoladas lágrimas,

que desfiguraban la cara, por culpa de la plata.

 

            *Juan Carlos García-Ojeda Lombardo.

 

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