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D.L. J-309-2005 ISSN 1699-6151 |
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Ancestral*
He bajado a la sima
preñada de paciencia
donde los ancestros
acariciaban el tiempo.
He notado
un fluir subterráneo,
su pulso remoto
de vida.
He leído
mensajes sin palabras
en las suturas
de la piedra.
Sobre paredes rugosas
y húmedas
he visto copular rocas,
y he mojado mis dedos
en sus esquelas acuáticas.
He sentido la frescura
del barro original,
la textura líquida
de su primera huella.
He abrazado
siglos antiguos.
He besado
clavículas,
calaveras, y
cenizas orgánicas.
He respirado
diminutas gotas
en la noche embrionaria,
bajo un aguacero
de estalactitas.
He encontrado
su mirada paleolítica
y el mordisco inmemorial
de la hembra
silenciosa y pletórica
que en su gruta
atávica,
emparenta con la tierra,
con el viento,
con el agua, y
con el fuego.
Era ella.
La he reconocido
en la oscura caverna;
era mi dueña mineral,
fecunda y freática.
*José Ángel Marín
mayo 2017.
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