Claustro Poético

Boletín virtual de poesía, edición trimestral. Nº 51. Invierno-2018

Asociación Cultural Claustro Poético

 

  Director: Juan Carlos García-Ojeda Lombardo

  Coordinador: Juan Antonio López Cordero

D.L. J-309-2005

ISSN 1699-6151

CONSEJO DE REDACCIÓN

Poemas

Retorno a la piedra

Gotas de esperanza

Llenas de aroma

Colapso

Nochebuena en Las Revueltas

Canción triste mirando a una torre

Un jardín de invierno

Baño de burbujas

Mi jardín tiene razones

Quiero ser una palabra en tu boca

Un miércoles de ceniza

Al castellano

César Vallejo

De lo que huye

El señorío del amor de Dios

En busca de una estrella para verse el alma

La contemplativa del verdadero amor

La espiritualidad del amor

La gloria de sentirse amado

La mística de la consolación

La potencia del yo en la soledad del tú

Soneto I (Ballesteros de la tarde)

Soneto II (Ballesteros de la tarde)

He roto

Lloraban tus ojos en mi conciencia

Al principio


Colaboraciones

El Tango de la Guardia Vieja, de Arturo Pérez Reverte

Puente sin camino


Noticias

Certámenes de poesía enero-marzo-2018


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Puente sin camino*


 

   Hay viejos caminos que ya se han perdido, por donde siglos surcaron intrépidos viajeros, columnas belicosas y parsimoniosos arrieros. Nunca faltaba en sus mentes el miedo, la pérfida tormenta, la muerte o el robo acechando en cualquier recodo, antes de la lejana parada en la aislada venta, cerrada por altos muros, donde esperaba el descanso, y las historias: brujas que la noche surcaban el espacio en busca del caminante perdido, desde sus aquelarres en las montañas bajaban a los cruces de caminos, donde esperaban al alma perdida para llevársela al infierno. Decían que, por ello, las cruces salpicaban las montañas y las intercesiones camineras, exorcizando el campo frente a los espíritus del mal, tan sueltos en aquel entonces por la tierra.

 

“Mas si un igual destino
aguarda al soñador y al vigilante,
a quién trazó caminos,
y a quién siguió caminos, jadeante,
a fin, sólo es creación tu pura nada,
tu sombra de gigante,
el divino cegar de tu mirada.”

                     Muerte de Abel Martín. Antonio Machado.

 

   A pesar de ello, el hombre viajaba, y había incluso quienes se dejaban llevar por el viento, sin destino fijo. No entendían de fronteras, ni de montazgos, portazgos o aduanas. Eran aquellos hombres libres, herederos de aquellos otros que abrieron los caminos para colonizar nuevos territorios.

 

“Ser en la vida romero,
romero sólo que cruza siempre por caminos nuevos.
Ser en la vida romero,
sin más oficio, sin otro nombre y sin pueblo.
Ser en la vida romero, romero..., sólo romero.”

                                                    Romero sólo. León Felipe.

 

   Llegó el motor y lo cambió todo. Desaparecieron los viejos caminos "de sangre" entre campos de cultivo y matorral. Aún se observan aislados puentes que sortean arroyos y barrancos donde hoy no hay rastro de camino, dejando una impronta de misterio.

 

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Puente en antiguo camino de Granada a Jaén (Montejícar)

 

   Uno de estos puentes se encuentra en la antigua vía romana que atraviesa la Subbética entre Jaén y Granada, solitario y altivo parece retar al tiempo, la solidez de su piedra ha sorteado riadas y olvidos, ignorante de haber perdido su función hace mucho tiempo. Los hombres de otra época lo hicieron para perdurar a sus vidas y a las de los hijos de sus hijos, lo dotaron de la solidez de sus mentes, insuflándole vida propia, sabedores que con su fábrica inmortalizaban sus sueños. Pero el tiempo, inexorable, espoleado por el ser humano, avanza desbocado transformando la geografía, sin piedad. Y deja huérfano el paisaje del poeta, por el que ya no circulan viajeros ni arrieros, ni mulas, ni carros con bueyes, ni rebaños... Un paisaje que hoy ya no se reconoce.

 

"Es el campo ondulado, y los caminos
ya ocultan los viajeros que cabalgan
en pardos borriquillos,
ya al fondo de la tarde arrebolada
elevan las plebeyas figurillas
que el lienzo de oro del ocaso manchan.
Mas si trepáis a un cerro y veis el campo
desde los picos donde habita el águila,
son tornasoles de carmín y acero,
llanos plomizos, lomas plateadas,
circuidos por montes de violeta,
con las cumbres de nieve sonrosada.

                               Campos de Soria. Antonio Machado.

 

   Anacrónico, el viejo puente pervive, aislado en el paisaje, por el que nadie pasa, pues no hay camino, ni sitio al que llegar. Permanece integrado en el entorno, al que el ser humano añadió con su obra un trozo de poesía, que el puente sin camino nos devuelve con la sobriedad y la firmeza que le dieron sus anónimos arquitectos.

 

"El puente es como clavar

voluntad y fundamento;

ser piedra en vilo en el viento,

ver pasar y no pasar.

El puente es como

cruzar aguas que van de vencida;

es darle la despedida

a la vida y a la muerte

y quedarse firme y fuerte

sobre la muerte y la vida."

                                    El Puente. Manuel Benítez Carrasco.

 

                     *Juan Antonio López Cordero.

 

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