|
D.L. J-309-2005 ISSN 1699-6151 |
||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
|
|
||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
|
CONSEJO
DE REDACCIÓN
Poemas
Colaboraciones
Noticias
Nos anteriores
|
||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
|
|
Retorno a la piedra*
... entre vorágine y desierto
parece que se marcha.
Se acumulan recuerdos
para seguir
y no es extraño que un día
nos acompañe una flor
con la que se alcanza
la necesaria dosis
de enajenación
junto a la fresca yerba
de bellos pueblos perdidos
junto al sombrío mundo
de las artes pobres
o de la diversión humilde,
aunque todo quede,
sin saber por qué,
muro o vacío
en la lejana intimidad.
Por eso ahora las cosas han cambiado.
Ahora resulta
imposible o extraño
lo que se creyó
razón necesaria y suficiente.
Ahora se piensa
que nada hay propio
ni las propias ideas,
que todo fluctúa
porque todo es incierto,
que nada será
como debió ser.
Ahora se percibe algo así
Como un raro instinto
remoto,
remotísimo,
que hace soñar
amorosamente
en nuestra antepasada
la piedra.
Qué silencio,
qué eternidad
la suya…
En ella confío
y a ella me dirijo
sin pena ni gloria.
Cesáreo Rodríguez-Aguilera Conde
(fragmento del último inciso de su poema “Retorno a la piedra”)
Envíanos tus poemas
