Claustro Poético Boletín virtual de poesía, edición trimestral. Nº 36. Primavera-2014 Asociación Cultural Claustro Poético
Director: Juan Carlos García-Ojeda Lombardo Coordinadores: Fernando R. Ortega Vallejo y Juan Antonio López Cordero |
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El amor supera la prueba del tiempo*
El amor no es sólo un sentimiento de ida y vuelta. Es una experiencia de luz entre el ser y el no ser. Entre el ser que ama y el no ser que sueña ser amor.
No somos nada sin amor, sin amor no somos nadie. Somos el amor como respuesta, la expresión del deseo. El argumento por el que reconducimos nuestra vida.
Es este amor el que nos supera y transforma por dentro. Es este amor el que nos mantiene vivos para siempre. Es este amor un amor viviente, que jamás concluye.
Tenemos que aprender a vernos en esa eternidad. A reencontrarnos en ese cruce de bondades y virtudes. Y a dejarnos ver por los profundos ojos del alma.
Entonces aprenderemos a discernir con una mirada. Advertiremos, las que son caricias y las que son espadas. No hay velo que pueda encubrir el amor donde lo hay.
Porque vivimos del querer y el querer lo es todo. Crecemos con el amor y ascendemos amando. Es la voluntad la que nos mueve a ser lo que somos.
En todas las cosas parece existir el amor como aliento. Será oportuno callar y dejar que hablen las pasiones. Porque renunciar a ellas, es como desgarrarse el corazón.
Uno no puede destrozarse a sí mismo una parte viva. Sería como destruir los deseos y desmoronar el camino. Los viajes interiores son los únicos que nos hacen reposar.
Sabemos que no hay otra ley más ley que la del amor. Que no hay otra vida más vida que la vivida para donarse. Más allá de nuestro yo, hay una llama que nos llama.
Son los silencios del creador que nos invitan a escuchar. Nada se resiste a su llamada, hasta las piedras sienten. Todo se sostiene por amor y todo se sustenta del amor.
Hasta lo que no existe puede existir mañana por amor. Cuando el amor nos toca, se iluminan los ojos de la vida. Es el mano de Dios que nos vive, delante va su AMOR.
Y así, todo se escribe y se circunscribe al pulso del creador. No podría creer en un amor que no me comprendiera. Tampoco podría vivir si Dios no poblase mi existencia.
Superada la prueba del tiempo con sus evidencias, nos quedará el amor como testigo, y será quien se ocupe de revivir el poema que está dentro de nosotros mismos.
*Víctor Corcoba Herrero, 28 de septiembre de 2013.
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