Claustro Poético

Boletín virtual de poesía, edición trimestral. Nº 12. Primavera-2008

Asociación Cultural Claustro Poético

 

Director: Juan Carlos García-Ojeda Lombardo

Coordinadores: Fernando R. Ortega Vallejo y Juan Antonio López Cordero

D.L. J-309-2005

ISSN 1699-6151

CONSEJO DE REDACCIÓN

Poemas

Mi tierra

Vino

Para ti

Apuntes poéticos

Traviesas geografías

Sin máscaras

Ecuestres

Santa sed

Francotiradora de mis suspiros

Un ocaso

Zalia

Dile que venga a verme

No sé qué ponerme

Hasta la rosa durmiente de la metáfora

Palio de esperanza

Piedra angular

Cuerdo

Tatuaje


Colaboraciones

Una mención a la muerte


Noticias

Fiesta del Aquelarre Poético

Certámenes literarios ciudad de Tomelloso

XII Premio de Poesía Antonio Machado de Baeza


Colaboran en este número


Nos anteriores

 


 

 

Dile que venga a verme*


Dile que venga a verme, que tengo un canto de lirios prendido  de  mi falda, y una canción de cuna esperando que llegue.

Dile que venga, que en mi ventana se ha posado un pájaro colorín colorado que dice que mañana será fiesta y habrá candilejas en la plaza y saltos de mata que alivien el jolgorio,  y un rosario de plata sin terminar de rezar por si quiere pedirle algo a la Virgen.

 Dile que venga, que ya la mesa está puesta, y el cántaro a la fresca para que la luna lo bañe, y podamos beber el  agua del manantial de los espejos.

  Dile que venga a verme, que ya en mi ánima empieza a brillar la gloria de su mirada, y un collar de diamantes que reluce alrededor  de mis ojos le dará la bienvenida al entrar por la puerta.

Dile que venga,  que mis ojos lloran perlas por su ausencia y no tengo pañuelos suficientes.

 Dile, dile que venga que ya he calentado el agua para lavar sus pies y dejárselos dormidos. Dile, dile que venga en la noche, que ya tengo las sábanas calientes, y una colcha de seda para cubrir su cuerpo aterido.

 Dile que venga, que curaré sus llagas con mis lágrimas, y no quedará en el mundo nada ni nadie que pueda hacerle daño, porque le tengo preparada una cerca de jazmines, para que hasta el aire se vuelva fragancia y ni tan solo el viento pueda molestar sus sentidos.

 *Socorro Melgarejo Lozano

 

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