Francotiradora de mis suspiros*
Alicia y piel de Alicia,
su tacto es la llave de mis párpados,
la travesía que el amor me empuja a recorrer.
Dulce vampira,
extráeme ese rojo vinoso que me pudre,
lárgalo de mí te suplico,
¡no quiero sembrarte bajo esta sonrisa sembrada!,
¡¡no!!,
¡¡no quiero más aliento exiliado!!
Maldigo mi cuerpo doblegado y mi mente inocente,
cosidos a un coro invernal susurran con espanto,
y solo tu los oyes susurrar.
Manos de Alicia,
garras de halcón aterciopeladas,
prado desnudo fiel a mis confines.
Quiero su abrazo loco y su tristeza envejecida,
verlas tendidas sobre mi piel,
blancas y cariñosas,
sentirlas día y noche alrededor de mi pecho,
rodeándome con amor,
como un cinto que apretuja mis cenizas.
Tus ojos,
mirarlos es perder la vista,
no dejar de cabalgar por su bondadoso verde.
Los miro inquieto,
con permanencia,
inventando mis silbidos,
diluyéndome en tus carnes.
Labios de Alicia,
donde se pierden las palabras.
Pero allí,
mudo de mis delirios,
regreso de un sueño eterno,
quedando nuestro aliento,
y un corto soplo que se apaga entre nuestras bocas.
*Lucas López Mariño
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