Claustro Poético

Boletín virtual de poesía, edición trimestral. Nº 39. Invierno-2015

Asociación Cultural Claustro Poético

 

  Director: Juan Carlos García-Ojeda Lombardo

  Coordinadores: Fernando R. Ortega Vallejo y Juan Antonio López Cordero

D.L. J-309-2005

ISSN 1699-6151

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La memoria contra el olvido*


  

Cuando mis labios queden mudos,  mi corazón seguirá latiendo.

En los latidos sabrás todo lo que te he amado y no por ser querido.

No olvides nunca que uno quiere, no para que le quieran,

sino porque uno quiere querer como forma de entender la vida.

Sin amor no merece la pena vivir, uno tiene que amar para ser.

 

A pesar de haberme negado el derecho a amarte como prometimos,

quiero hablar de nuestro amor, porque en mi existe eterno,

cuando lo recuerdo es Dios quien habla conmigo y me consuela,

sabiendo que está dentro de nosotros y es donde intento morar.

En su morada hallo la alegría de su amor y la paz que me robaste.

 

Es la voluntad lo que transporta el sentimiento y lo que traspasa

los abecedarios interiores del alma, donde la huella de Jesús

permanece en el tiempo, con el amanecer de la esperanza,

de que uno existe para los demás y con los demás en la poesía.

No hay mayor poema que un corazón desprendiendo ilusión.

 

Somos hijos del amor más sublime, descendientes del verbo

y ascendientes de la palabra, cohabitamos en el más hondo sueño

y convivimos con uno mismo, junto a otros,  reconociendo

que el Creador está en mi y yo en Él, buscándole como un niño,

con el soplo de la inocencia que los ojos no pueden ver, sino sentir.

 

Nosotros, que debemos nuestra vida al Padre, somos también hijos,

retoños de una obra amorosa de la que huiste con un repelente

clamor de falsedades, judicializándolo todo, como si el olvido

pudiera evadirte, obviando que la memoria siempre retorna,

con su proporción de revanchas y su asignación de penitencias.

 

                  *Víctor Corcoba Herrero, 4 de diciembre de 2014.

  

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