Claustro Poético

Boletín virtual de poesía, edición trimestral. Nº 39. Invierno-2015

Asociación Cultural Claustro Poético

 

  Director: Juan Carlos García-Ojeda Lombardo

  Coordinadores: Fernando R. Ortega Vallejo y Juan Antonio López Cordero

D.L. J-309-2005

ISSN 1699-6151

CONSEJO DE REDACCIÓN

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Aceituna morada jienense

Rumor de varas

Poetas oficiales o el régimen del pienso

Aprendiendo a no ser

Criaturas en camino

Desolación

Desolación de un inocente

La contemplación del verbo

La memoria contra el olvido

Me falta aire, me sobra carga

Aún...

He de amarte

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Poetas oficiales o el régimen del pienso*


 

Esos que dicen que dicen

y nunca dijeron nada.

 

Esos que dicen que dicen,

y nunca dijeron nada,

patrones son del embuste

a través de sus palabras.

Esos que dicen que dicen,

y nunca dijeron nada,

hablan de buenos y malos

usando a las dos Españas.

Utilizan la mentira

como un arma sistemática.

Dicen que no a la derecha,

reniegan de la otra España,

pero al llamarlos Aznar

acudieron a su casa

a recitarle versicos

como putas más que santas.

Esos que dicen que dicen,

y nunca dijeron nada,

viven como marajás

y redimen a las masas.

Poetas de catecismo,

escaladores de cátedras,

jurados de muchos premios

donde colocan sus bazas.

Mamones de la política,

sectarios hasta en la cama,

eligen a sus mujeres

entre las grandes de España.

Esos que dicen que dicen

y nunca dijeron nada,

comunistas de salón,

sentimentales de grada,

olisquean los billetes

como los de las sotanas.

Yo te traigo, tú me llevas,

es su táctica canalla,

la aprendieron de su jefe

en la nombrada Granada,

cuando les daba doctrina,

cuando doctrina les daba

desde la puerta de Elvira

hasta la de Bibarrambla.

Esos que dicen que dicen,

y nunca dijeron nada,

amamantados con sables,

adoctrinados en casa,

se subieron pronto al carro

de la España democrática,

colocaron sus peones,

los mismos de su mesnada,

en dirección al poder,

a su mesa y a su cama.

Con tan buenos resultados,

con tan buena martingala,

que hoy olemos sus morcillas

en toda la triste España,

en bares y puticlubs

de la progresía hispana.

Hoy sus chorizos engordan

y viven de sus patrañas,

y viven de sus mentiras

y viven de mil marañas,

cambiando líos y cuentos

en fantásticas hazañas.

 

Esos que dicen que dicen,

y nunca dijeron nada,

las palabras sustituyen

por la rodilla doblada.

 

Esos que dicen que dicen

y nunca dijeron nada.

 

          *Manuel R. Amezcua

  

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