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D.L. J-309-2005 ISSN 1699-6151 |
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CONSEJO
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JUNTO A MÍ*
(Gracias por dejarme curar la carne antigua )
Te sentaste junto a mí
en la tarde de impenetrables brumas
y estériles meditaciones a ese dios que no existe.
No hacías ningún ruido
porque la voz de la desazón
hubiera causado profundas heridas.
De vez en cuando,
como queriendo acompañarme
en mi bosque de soledad,
hacías una caricia al agua
que brotaba como un borbotón
de pensamientos agolpados
en la mirada perdida en el infinito.
Tan dulce, tan melancólica,
mientras suturo una herida
de mi carne flácida
- extrañamente vitalista -
y debatida entre agresiones
al cerebro y la osamenta.
Empapas entonces mi sudor
con tu seda dulcinea
y mi canto se vuelve esperanzado.
Una y otra vez,
un ocaso y un renacer.
Siempre prudente, tranquila,
acogedora, inteligente.
Te sentaste junto a mi, Mercedes
en las tardes dolorosas de la vida
*Juan Carlos García-Ojeda Lombardo
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