Claustro Poético

Boletín virtual de poesía, edición trimestral. Nº 64. Primavera-2021

Asociación Cultural Claustro Poético

 

  Director: Juan Carlos García-Ojeda Lombardo

  Coordinador: Juan Antonio López Cordero

D.L. J-309-2005

ISSN 1699-6151

CONSEJO DE REDACCIÓN

Poemas

Cambio de estación

Desengaño

Estuchar una flor

Porcelana

Calla (videopoema)

Vacío (videopoema)

No me conozco (videopoema)

Un tango y la vida

La grandeza moral es consecuencia del buen uso

Nadie puede combatir la vida por sí mismo

No abrazar a quien nos redime es nuestra mayor torpeza

Vivir con los demás haciendo familia

Dejémonos encontrar por quien nos ama

El amor en la liturgia de la Navidad

Con la misma actitud que Jesús

 


Colaboraciones

Batas blancas

 


Noticias

Certámenes de poesía abril-mayo-2021

 


Colaboran en este número

 


Nos anteriores

 

Año Primav. Verano Otoño Invier.
2005 0 1 2 3
2006 4 5 6 7
2007 8 9 10 11
2008 12 13 14 15
2009 16 17 18 19
2010 20 21 22 23
2011 24 25 26 27
2012 28 29 30 31
2013 32 33 34 35
2014 36 37 38 39
2015 40 41 42 43
2016 44 45 46 47
2017 48 49 50 51
2018 52 53 54 55
2019 56 57 58 59
2020 60 61 62 63

 

 

No abrazar al que nos redime, es nuestra mayor torpeza*


 

(De siempre, la humanidad, -seducida por las ficciones del Perverso-, se ha cerrado al amor de Dios; lo ha rechazado, con la ofuscación de un endiosamiento mezquino. Esta es nuestra mayor pobreza como especie pensante.)

 

 

I.- DARSE EN EL AMOR; SUSCITA MÁS AMOR

 

El amor nunca se da por acabado, cada día es un empezar de nuevo;

precisamos reencontrarnos con la pasión de querer abrirnos al otro,

para entendernos y comprendernos, para sentirnos y poder amarnos,

que es lo que nos da luz y nos despoja de este terrible mundo oscuro,

harto de desdichas y hambriento de dichas, ¡enterrado en sus miserias!

 

No hay mayor aliento al desaliento que volver a los latidos conjuntos,

que regresar al auténtico camino existencial del vivir para los demás,

que retornar a los andares del verso como guarda de todas las virtudes;

sólo así podremos reintegrarnos sin reservas, ascender en humanidad,

descender a la humildad y ver el futuro con la piedad de la esperanza.

 

Lo trascendente es reponer el corazón, rejuveneceremos mar adentro,

y esto nos hará bien para salir de este mercado opresor que nos ahoga,

para despertar interiormente a la clemencia y a la empatía del sueño,

porque soñar es también un modo de fiarse, de corregirse con ternura,

para mejorar nuestra salud interna y andar cada vez más con el alma.

 

 

II.-  CAMINAR JUNTOS; CONJUGANDO LA PALABRA

 

Que cada cual tome sus buenos propósitos y armonice sus abecedarios,

uno ha de refundirse con las alas del justo y tomar vuelo conciliando,

pues hemos de concebir la urgencia de ponernos en camino y caminar,

sin obviar la escucha de esa voz que nos llama a la poética del bien,

a la mística de la bondad y a la contemplativa de sentirnos abrazados.

 

Necesitamos converger, considerar la vida, la de todos y la nuestra,

alzarnos con el recorrido de la auténtica palabra, respetarnos siempre,

naciendo y renaciendo, alejándonos del ruido que rompe el pentagrama

de ecos, ofreciéndonos la maldad para sumergirnos en la incitación

más rencorosa, ¡la de recluirnos dentro de un nicho sin poder anidar!

 

El periodo cuaresmal es el momento favorable para reconocernos

en nuestras andanzas viles, con una sincera revisión de la conducta,

con el don restaurador del penitente en perenne búsqueda hacia Cristo,

pues acogiendo sus nítidas palabras hallaremos el mejor consuelo,

la gracia de volver a ser ese poema perfecto que el Creador nos soñó.

 

 

III.- PERMANEZCAMOS VIGILANTES; SIEMPRE EN GUARDIA

 

No me gusta esa peregrinación externa que todo lo confunde y vicia,

sin embargo me conmueve esa vigilancia en procesión hacia Dios,

mientras el seductor del mal nos mueve a confiar en nuestras fuerzas,

a galopar sobre la plaga del poder, desplumando al que menos tiene,

destronando toda ética, derribando vínculos, dividiendo familias.

 

Encerrarse en el propio egoísmo mata y no ayuda a descubrir nada.

Si en verdad somos descendientes del amor y ascendientes del verso,

tomemos el cabal lenguaje como proyecto de luz y demos asistencia,

con el activo de una donación oculta que sabe acariciar con la mirada,

y desterrar de sus ojos aquellas puertas que sólo se abren al dinero.

 

Son tan elocuentes las inmoralidades que nos incrustamos en la tierra,

empezando por falsear todo y acabando por someterlo a un bien vivir

de algunos,  que por pura conciencia hemos de estar en firme alerta,

para dar voz a los que no tienen voz, vida a los que no tienen vida,

y confianza a los que no saben confiar en quien nos dio la eternidad.

 

                         *Víctor Corcoba Herrero, 27 de febrero de 2021.

 

Envíanos tus poemas