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D.L. J-309-2005 ISSN 1699-6151 |
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Otro bulanico*
Cada vez que el viento parte las ramas
y el aceite se separa de las aguas remansadas
aparece ese bulanico en el alfeizar de la ventana
y declama un verso de arrebatadora belleza
rodando inexperto por la marmolina blanca,
expeliendo un fino aroma a cardo serrano
y deteniéndose prudente y pasivo a la espera
de que una brizna de cálida presencia materna
lo levante libre y amoroso por el cielo.
Cava vez que el acíbar inunda la garganta
y el miedo se abre paso sin ninguna traba
aparece ese bulanico en el cristal del auto,
jugando inocente con en el limpiaparabrisas,
y reafirmado en ese pacto cerrado, sin cláusulas,
omitido de derecho, huérfano de sustantivos jurídicos,
tan simple como el cariño de una madre y un hijo,
tan hermoso, tan bello, como el vuelo
de un bulanico.
*Juan Carlos García Ojeda.
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