Claustro Poético Boletín virtual de poesía, edición trimestral. Nº 23. Invierno-2011 Asociación Cultural Claustro Poético
Director: Juan Carlos García-Ojeda Lombardo Coordinadores: Fernando R. Ortega Vallejo y Juan Antonio López Cordero |
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Reseña a Luis Rosales* Como reseña a Luis Rosales he decidido reflexionar sobre lo que nos dice Isabel Paraíso, en parte, en algunas de las páginas de su libro titulado El verso libre hispánico: orígenes y corrientes. Dentro de las silvas arromanzadas diremos que la composición más frecuente es la de 11 y 7 sílabas en series de paraestrofas. Luis Rosales en Rimas ofrece 10 poemas de este tipo. El Dr. José Domínguez Caparrós en su obra Diccionario de métrica española define la silva arromanzada de la siguiente manera: “silva en que todos los versos pares llevan la misma rima asonante”. Este año 2010 la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía editó el libro titulado Ayer vendrá: poemas escogigos 1935-1984. Dentro de este libro el poema titulado también “Ayer vendrá” es representativo como silva arromanzada de 11 y 7 sílabas en que todos los versos pares llevan la misma rima asonante en a-e, tal y como expresa el mismo poema:
AYER VENDRÁ
LA TARDE VA A MORIR. EN EL CAMINO la flor de las acacias se deshace al impulso del viento. Entre las ramas, mortal, casi vibrante, queda el último sol. La tierra huele, comienza a oler, ni cabe ya dentro de sí misma y se levanta: ahora hay tierra en la tierra y en el aire. Y hay un bardal con sol; hasta él llegamos; la sombra es el resumen de la tarde. te he sentido llorar. No sé a quien lloras. hay un humo distante -un tren que acaso vuelve- mientras dices: Soy tu propio dolor, déjame amarte.
Quiero dejar claro que bardal significa cubierta o vallado de espinos como sinónimo de la palabra dolor de espinas, dolor que produce a la par el amor constante hacia un ser humano o varios, si son amigos y amigas. Es decir el poeta aporta como valores sinónimos los espinos del bardal esto es el amor “que se transfigura” en dolor que siempre nos acompaña en la vida. Este dolor amoroso que se titula “ayer vendrá” como constante amorosa, como ayer que debe venir y no como dolor o constante de rencor hacia las personas de nuestro pasado, en parte. Otros de los recursos métricos de Luis Rosales a los que alude Isabel Paraíso en su obra El verso libre hispánico: orígenes y corrientes son los madrigales, cuya estructura métrica es idéntica a la de la silva arromanzada breve. La temática de estos madrigales es amorosa en todos los casos, tal es el caso del poema “la última luz” de su libro Rimas donde la temática amorosa es claramente manifiesta. El madrigal “la última luz” conserva como característica de los madrigales sus versos de 7 y 11 sílabas; pero ha perdido del madrigal definido en su génesis la rima consonante y que termine en pareado, apropiándose de la silva arromanzada en que en sus versos pares riman en asonante y siendo la temática del amor la característica que lo define como queda expuesto en el siguiente poema “la última luz”:
LA ÚLTIMA LUZ
ERES DE CIELO HACIA LA TARDE, TIENES ya dorada la luz en las pupilas, como un poco de nieve atardeciendo que sabe que atardece. Y yo querría cegar del corazón, cegar de verte cayendo hacia ti misma como la tarde cae, como la noche ciega la luz del bosque en que camina de copa en copa cada vez más alta, hasta la rama isleña, sonreída por el último sol, ¡y sé que avanzas porque avanza la noche! Y que iluminas tres hojas solas en el bosque, y pienso que la sombra te hará clara y distinta, que todo el sol del mundo en ti descansa, en ti, la retrasada, la encendida rama del corazón en la que aún tiembla la luz sin sol donde se cumple el día.
Como admite Ricardo Gullón la obra Rimas de Luis Rosales está compuesta con materiales imaginativos muy refinados a través de la transfiguración lírica, entendiendo por transfiguración hacer cambiar de figura o aspecto a una persona o cosa, por lo que la imagen funciona a menudo como símbolo; no obstante hay entrega también a la idea o al sentimiento con deliberación y conocimiento. En el magnífico prólogo puesto a las Rimas Dámaso Alonso define a Rosales por su capacidad de ilusión. Iluso por entregado a la poesía, a la esperanza, explicando cómo nace un recuerdo, describiendo a un amigo, cantando a una mujer como es el caso de este madrigal “la última luz”, en donde el poema desnuda su intimidad, sus intuiciones profundas, cristalizadas en la palabra reveladora, donde avanza la noche, y todavía la luz sin sol donde se cumple el día. Las Rimas en su capacidad ilusa e ilusionante traen brisa de preocupaciones sin desesperación, apoyado el poeta tal vez todavía en su fe, sintiéndose todavía mano e instrumento de Dios.
* Encarnación Sánchez Arenas
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