Error*
Aquel error mío de mediodía nos privó de compartir bellos
instantes
de comida y sobremesa.
Vivimos las horas en soledad pasando las mañanas,
agotando las tardes, consumiendo las noches.
Una amarga tristeza dejó resquemor en tu apasionado corazón
alargando nuestras asusencias.
Esperé todo el día con ansia tu llamada en cualquier momento.
El teléfono logró aproximarnos de madrugada
para delatar el helor en tus palabras y reconocerme culpable.
Yo, soy tu penitente de amor, cumpliendo condena por mi inconsciencia.
Daría todo, todo, por que me perdonases.
Haría todo, todo por reparar el error.
Moriría si fuera preciso, de frío, arrancándome mi piel
para abrigarte y calentar tus manos,
Sería capaz, con detalles y gestos, de fundir el frío de tus palabras,
de convertirte toda cálida, de arrancarte sonrisas y ruborizar de amor tus
mejillas.
Y vernos, para borrar el mal recuerdo de un error,
para impedir que vuelvas a enfriarte.
Y hablarnos, para firmar nuestro armisticio
con un consentido y profundo beso.
*Josep Esteve Rico Sorgob.
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