Claustro Poético

Boletín virtual de poesía, edición trimestral. Nº 59. Invierno-2020

Asociación Cultural Claustro Poético

 

  Director: Juan Carlos García-Ojeda Lombardo

  Coordinador: Juan Antonio López Cordero

D.L. J-309-2005

ISSN 1699-6151

CONSEJO DE REDACCIÓN

Poemas

Pana gruesa

Mayi

Revivir

Jalde (videopoema)

Solidaridad (videopoema)

Simbiosis

Tu vuelo pluscuamperfecto

Cada cual en su realidad y Dios en la de todos

Cada cual es dueño de sí mismo

Cada ser humano es una victoria de Dios

Todos estamos en marcha

Un mismo corazón y una misma voz

Verse para fundirse en el verbo de Dios

Soneto XV (Ballesteros de la tarde)

El brillo del ocaso (Ballesteros de la tarde)


Colaboraciones

La cueva

Palmeras en la nieve, de Luz Gabás


Noticias

Certámenes de poesía enero-marzo-2020


Colaboran en este número


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Cada cual en su realidad... y Dios en la de todos*


  

Me gustaría rescatarme, salvar la ternura, esperanzarme;

gozaría con abrazar el verso que me alienta y ser poesía,

pues quiero ser para los demás, un naciente latido sin más.

 

Necesito liberarme de tantas tristezas que me envenenan;

hago propósito de enmienda y mi ánimo se reconforta,

forjo el entusiasmo en reconocerme como familia de todos.

 

Quiero recobrarme, sembrar hermosura en cada paso;

descubrirme poeta,  ser  níveo cantautor del universo;

quererme, crearme y recrearme en la vida sin dañar a nadie.

 

Quizás sea el momento de emprender nuevos caminos.

Quizás también sea el instante preciso para reprenderme.

Quizás entre vueltas y revueltas, amanezca y renazca.

 

Hay que escucharse más para sentirse algo y oír a Dios.

La cuestión no es ver, sino sentir al creador dentro de uno.

Hay que dejarse llevar por sus manos y acoger su voz.

 

Quien de verdad se deja comprender, halla el sosiego.

Todo en esta vida tiene su percusión y transcendencia,

es cuestión de dejarse interpelar y de clarear los ojos.

 

Así, el agua de la muerte nos lleva al manantial de vida.

Porque tras esta corriente mundana, el espíritu hallará

consuelo, y purificados por la cruz, encontraremos la luz.

 

Ayudémonos a madurar y a crecer en el amor de amar.

Socorrámonos y reconozcámonos como gentes de bien.

Hagámoslo antes de que la noche nos deje sin amanecer.

 

Porque después de todo lo vivido, hemos de entender:

Que no hay caída de la que no pueda uno levantarse,

como tampoco hay tropiezo que no podamos evitar.

 

No perdamos las ganas de vivir y de experimentar.

Las vivencias de este mundo nos resplandecen,

vale la pena hallarse para vivirlas  a pleno corazón.

 

Fraternicémonos en el camino, hagámonos comunidad,

atrevámonos a vivir con pasión los pasos del encuentro,

que si es bueno conversar, ¡compasivo es  hacerse pueblo!

 

          *Víctor Corcoba Herrero, 10 de agosto de 2019.

 

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